viernes, 4 de enero de 2008

CARICARE - el arte de Carlin


El Martes 8 de enero, a las 7:30 pm, se inaugura la exposición de caricaturas de Carlos Tovar (Carlín), en la sede del Colegio de Arquitectos del Perú (Regional Lima), avenida San Felipe 999, Jesús María. Invito a mis colegas y a los visitantes de este blog a concurrir.

La palabra italiana caricare, que significa exagerar, y de la cual procede caricatura, nos ayuda a entender cuál es el procedimiento básico de este arte, y por ello la hemos escogido para bautizar esta muestra.
Pero este artificio de la exageración, que parece un asunto más bien mecánico, encierra algo más, y tal vez en eso reside su mayor encanto. Se ha dicho, y con no poca razón, que la caricatura ayuda a reflejar el alma de la persona. Pienso que la explicación de ese poder penetrante, hasta misterioso, se encuentra en la relación, que la psicología viene estudiando desde hace mucho, entre los rasgos físicos y el temperamento de las personas.
Hipócrates formuló una teoría de la personalidad basada en cuatro tipos psicológicos: sanguíneo, colérico, flemático y melancólico. Galeno relacionó cada uno de ellos con determinado humor corporal: la sangre, la bilis, la flema y la bilis negra. Se estableció, además, que a cada temperamento correspondían determinados rasgos faciales y corporales. El tema, como dijimos, continuó interesando a la ciencia durante siglos, y surgieron nuevas clasificaciones, sobre las cuales no abundaremos aquí. Lo que nos interesa señalar esta fascinante correspondencia entre el rostro y el espíritu, entre las proporciones volumétricas y la forma como se comportan los seres humanos.
Consideremos, además, que a esa tipología psicológica, con la cual venimos al mundo, se agregan, con los años, las huellas que van dejando las muecas que cada uno hace con más frecuencia, lo que motivó la célebre frase de Hogarth: “nadie es culpable de la cara con la que nace, pero, después de los cuarenta, todos somos reponsables de nuestro rostro”.